PRIMERA SESIÓN PRESENCIAL
El proyecto y experiencia del IES Fray Luis de León (Raúl Martínez)
Ilusionante primera jornada en Madrid. 600 profesionales de toda España reunidos con un objetivo común, mejorar la educación de nuestro país. Una gozada.
Raúl Martínez Aguado, nos ofreció una ponencia a la que no estamos acostumbrados, diciendo las cosas claras, las buenas y las malas y es que el ser transparente en muchas ocasiones conlleva críticas y exponerse a ellas es de valientes. Y si como bien nos decía, la información es poder, pues entonces nos vamos siendo un poco más poderosos después de escuchar su experiencia y sus consejos.
Y es que para ser capataz, tienes que ser capaz, asumir sacrificios personales y familiares, cumplir con los compromisos, también en fin de semana, pero tratando de conseguir siempre algo a cambio para el centro. Mantener una línea recta y seria, rodearse de los mejores, cuidando a los más implicados y enseñando la puerta de salida a los que no responden con nuestro código ético: Estamos obligados a hacer las cosas lo mejor que sepamos.
Hay que ser prácticos y la excesiva burocracia, para el equipo directivo. Cuidar los pequeños detalles y ayudar al que lo necesita. Y como todo lo mueve la política, nuestras ideas mejor las dejamos en casa, ya que tendremos que buscar recursos de todo tipo debajo de las piedras y todo ayuda, o quizás no. Y como para cambiar, tiempo tengo, lo que está bien no lo muevo y el pico mejor cerrado que luego nos arrepentimos. Establecer un equipo directivo y unos coordinadores que sean una piña y un ejemplo para el resto. Conseguir que el centro esté en calma, pero con mucha actividad, esa será la mejor de las señales. Convivir y trabajar con las familias y si tienes un familiar albañil, pues eso ya es clavarlo.
Un compromiso para cuatro años, no podrás dejarlo antes, en el que además de reunirte una vez a la semana con tu equipo directivo, tendrás que cenar una vez al año con ellos, el director paga.
Cierto que me he excedido de las cinco líneas pactadas, pero como nos dijo Raúl, en ocasiones, las leyes están para saltárselas.
